Sugata Mitra, educación mínimamente invasiva
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Por Doris Obemair
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Tras casi nueve años de experimentos y trabajo de campo en zonas pobres
> y rurales de su país natal, el científico indio Sugata Mitra,
> actualmente profesor de tecnología de la educación en la Universidad de
> Newcastle, llegó a una atrevida hipótesis: en el siglo XXI, y dada la
> limitación de recursos pedagógicos en ciertas zonas del mundo, grupos
> de niños podrán saltarse todo el ciclo escolar con el uso de
> ordenadores e Internet. Mitra nos explica también su punto de vista
> sobre cómo Internet está cuestionando los principios educativos en los
> países en vías de desarrollo y cómo esto afectará al futuro de las
> economías desarrolladas.
>
> En 1999, Sugata Mitra puso un ordenador
> de alta velocidad en un muro, lo conectó a Internet y se sentó a
> observar quién lo usaba, si es que alguien lo hacía. Ese muro separaba
> el moderno distrito de TI de Delhi, con sus oficinas del siglo XXI, de
> una barriada. Los primeros que se sintieron atraídos por la máquina
> fueron los niños de ese barrio pobre. Cuando preguntaron: «¿Lo podemos
> tocar», el científico les respondió: «¡Claro! ¡Está en vuestro lado del
> muro!». Así empezó el proyecto Hole in the
> Wall (agujero en el muro), como un
> simple experimento que intentaba responder a una pregunta muy sencilla:
> ¿pueden los niños aprender a usar un ordenador por sí mismos?
>
> «Un profesor que pueda ser reemplazado por una máquina, ¡debería ser
> reemplazado! Así pues, en vez de proporcionarles malos profesores,
> ¡creo que es mejor que les demos máquinas!»
>
> El científico educacional dejó Delhi para irse a la remota India rural
> a fin de comprobar si niños entre 6 y 12 años que nunca habían visto un
> ordenador también serían capaces de aprender a usarlo. El primer
> problema fue dónde colocar el ordenador para que los niños lo usasen.
> «Ponerlo en la sede del gobierno local habría sido casi como ponerlo en
> la comisaría; si lo hubiésemos puesto en el colegio, el director lo
> habría cerrado bajo llave diciendo "Es demasiado caro para jugar con
> él», señala. Finalmente se decidió empotrar las máquinas en un muro a
> modo de quiosco y dejarlo al alcance de todos en un espacio público.
>
> La primera sorpresa que se llevó el científico fue ver con qué rapidez
> niños que nunca habían visto un ordenador empezaban a navegar, en
> cuestión de pocos minutos. Cuando Mitra les preguntó cómo habían
> aprendido tantas cosas sobre ordenadores, uno de los chicos le soltó:
> «¿Y qué es un ordenador?».
> y rurales de su país natal, el científico indio Sugata Mitra,
> actualmente profesor de tecnología de la educación en la Universidad de
> Newcastle, llegó a una atrevida hipótesis: en el siglo XXI, y dada la
> limitación de recursos pedagógicos en ciertas zonas del mundo, grupos
> de niños podrán saltarse todo el ciclo escolar con el uso de
> ordenadores e Internet. Mitra nos explica también su punto de vista
> sobre cómo Internet está cuestionando los principios educativos en los
> países en vías de desarrollo y cómo esto afectará al futuro de las
> economías desarrolladas.
>
> En 1999, Sugata Mitra
> de alta velocidad en un muro, lo conectó a Internet y se sentó a
> observar quién lo usaba, si es que alguien lo hacía. Ese muro separaba
> el moderno distrito de TI de Delhi, con sus oficinas del siglo XXI, de
> una barriada. Los primeros que se sintieron atraídos por la máquina
> fueron los niños de ese barrio pobre. Cuando preguntaron: «¿Lo podemos
> tocar», el científico les respondió: «¡Claro! ¡Está en vuestro lado del
> muro!». Así empezó el proyecto Hole in the
> Wall
> simple experimento que intentaba responder a una pregunta muy sencilla:
> ¿pueden los niños aprender a usar un ordenador por sí mismos?
>
> «Un profesor que pueda ser reemplazado por una máquina, ¡debería ser
> reemplazado! Así pues, en vez de proporcionarles malos profesores,
> ¡creo que es mejor que les demos máquinas!»
>
> El científico educacional dejó Delhi para irse a la remota India rural
> a fin de comprobar si niños entre 6 y 12 años que nunca habían visto un
> ordenador también serían capaces de aprender a usarlo. El primer
> problema fue dónde colocar el ordenador para que los niños lo usasen.
> «Ponerlo en la sede del gobierno local habría sido casi como ponerlo en
> la comisaría; si lo hubiésemos puesto en el colegio, el director lo
> habría cerrado bajo llave diciendo "Es demasiado caro para jugar con
> él», señala. Finalmente se decidió empotrar las máquinas en un muro a
> modo de quiosco y dejarlo al alcance de todos en un espacio público.
>
> La primera sorpresa que se llevó el científico fue ver con qué rapidez
> niños que nunca habían visto un ordenador empezaban a navegar, en
> cuestión de pocos minutos. Cuando Mitra les preguntó cómo habían
> aprendido tantas cosas sobre ordenadores, uno de los chicos le soltó:
> «¿Y qué es un ordenador?».
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